Un poco de mi Bio (just because)
Sí sí, ya sé, a nadie le podría llegar a parecer ni remotamente interesante mi biografía; pero ¿De qué serviría tener mi propio dominio, donde subir mi web personal, si no es para usarla como reflejo ególatra de lo que he transitado hasta ahora?
Mi era de radio
Era el tercer año del colegio secundario, cuando la profesora Delia Montero -quien dictaba Educación Cívica, allá por 1994, en el colegio Nicolás Avellaneda- nos pidió a mis dos mejores amigos (Martín y Pablo) y a mí, realizar un trabajo práctico de Investigación sobre distintas adicciones; obligatoriamente en algún formato audiovisual (grabado, como si fuese un programa de radio, o filmado, emulando un programa de televisión).
En aquel entonces nadie apostaba que ese trabajo aburrido sobre drogas, tendría uno de los más interesantes plot twists de mi vida entera.
En el medio del programa emulamos una pseudo tanda comercial, con publicidades muy boludas, sacadas de los clasificados del diario y de la guía telefónica.
Pero al finalizar el programa, hicimos una segunda versión de esos avisos, pero cada vez fue más zarpado el humor de los mismos... con una edición de audio bastante rústica, que cumplía con el objetivo de hacer reír (al punto que media escuela escuchó esos chistes antes de la clase donde se iban a exponer) pero de tan precaria que era solo podía mejorar lo bizarro de cada aviso en joda.
No es muy relevante lo que sucedió en el medio, lo resumimos en el hecho que a la profesora no le gustó ni medio nuestro humor pendejo, y nos mandó a Diciembre, con la posibilidad de reprobar la materia; como suele suceder en estos casos, aprobamos de todas formas y ahí nació el gusto por la radio que nos llevaría a los tres a alquilar un espacio semanal para hacer realidad nuestro propio ciclo radiofónico.
La primera emisora que pisamos, en Febrero de 1997, fue FM La Onda (88.9Mhz) en pleno Parque Chas de Villa Urquiza. Scorch (nombre de nuestro programa, en honor a un juego de PC), era malo y antiradiofónico, y no duró mucho en el aire. Luego de su cancelación, seguí mi sendero por la radio como conductor y Operador Técnico de radio.
Paseé de esa manera, y por 10 años, por las siguientes emisoras del espectro local:
- FM Instituto, 104.5Mhz De Vicente López, una radio sostenida solo por sus operadores -principalmente Pablo-.
- FM 98.9Mhz Antes conocida como FM Siglo 20, del barrio de Núñez.
- FM Reflejos Latinos 89.1Mhz Apadrinado por Juan Carlos Cardozo, ubicada en Caballito.
- Frecuencia Inolvidable 96.9Mhz De mi gran amigo Richard Blackmount, desde Liniers (qué ganas de viajar, Germi).
- AM 1530 ECO Porteña Perteneciente al grupo de emisoras de la Cadena de Radio ECO, de la mafia Marvaso (en Villa Luro).
- AM 1310 Ubicada justo en frente de la DV, del fallecido Ramón Grinceri.
- AM 570, Radio Agentina Del mismo grupo que administraba Radio Splendid (AM 990), jugando para las grandes ligas, finalmente.
De mi viaje cósmico por todas esas radios, pude conocer gente increíble, como mi Tata Adolfo (padre putativo de la vida), que conocí en las trasnoches de FM Instituto, ofreciendo mis servicios de operador técnico; Fede Vila, operador técnico de la cadena ECO y quien me llevó a Radio Argentina años más tarde; el uruguayo Juan Cardozo quién más libertades y oportunidades me dio en Reflejos Latinos, que si bien era una radio de Salsa me dejaba hacer mi ciclo de radio POP comercial en la trasnoche; Gaby Labonia, compinche en los cambios de turno de la operación técnica en Radio Argentina... personas que en cada emisora recorrida, dejaron su huella y recuerdo indeleble.
En el 2018, decidí volver a la radio haciendo un Streaming bastante modesto por Internet, solo para los más íntimos, en compañía de mi amigo (ya casi hermano de la vida), Martín, los Miércoles a las 21hs.
La Escuela DaVinci
Cuando entendí que en la operación técnica en el grupo Prodera, no estaba dejando buenos dividendos, fue el momento de analizar dónde quería estar en los próximos años (ya con 27 pirulos, era el momento de sentar cabeza y dejar por un tiempo la jiponeada de la radio) y decidí inscribirme en la Escuela de Arte Multimedial, Leonardo DaVinci.
La DV (como le decimos informalmente a la escuela) estaba en mi radar hacía ya varios años, pero siempre estuvo lejos de mi alcance económico (aún hoy en día, es un instituto caro). Así que tomé la sabia decisión de invertir un alto porcentaje de mi sueldo como Operador Técnico (de hecho, representaba el 80% de mi ingreso mensual) en pagar la cuota estudiantil, y fui a inscribirme. Lo más loco de esta historia es que elegí Diseño Web no como primera opción (iba a anotarme en Diseño Multimedial), sino por lo breve de su duración (era solo un año y medio, contra tres de las demás carreras del instituto)... pensaba que no iba a poder pagarme tantos años de estudios con mi paupérrimo sueldo.
Como ya venía experimentando con los lenguajes que hoy en día se conocen como FrontEnd, no se me hizo tan difícil el aprendizaje en general. Cada mínimo concepto enseñado, me fascinaba... llegaba a mi casa muy tarde de la radio, pero tenía que probarlo y verlo en funcionamiento; claramente había descubierto mi nuevo hobby y pasión, detrás del teclado.
Pero todos los alumnos son la sumatoria de cada profesor que lo haya capacitado, por lo cual yo no sería este Supersaiyajin Darth Yoda Master Raichu Level 7, si no hubiesen pasado por mi formación (alfabéticamente, para no generar problemas de cartel) Claudio Caldareri (qepd, mi amigo), Julio Casares, Hernán Mammana, Maximiliano Ramondino, Fernando Rosetti y Natan Santolo.
Natan era el coordinador de la carrera cuando yo cursaba, y quien vió algún tipo de potencial en mí, suficiente para ofrecerme (al finalizar mis estudios), el ser su Ayudante de Cátedra en las materias de programación que él dictaba, y luego pasando a formar parte del plantel oficial de la escuela en las materias relacionadas con HTML y CSS, Javascript, PHP, MySQL, Configuración de Servidores Web bajo Windows y Linux (distribución Fedora) y hasta mi partida de la escuela, teniendo a mi cargo el seguimiento y evaluación de las Tesis con las que egresaban los alumnos.
Además de haber tenido la satisfacción de trabajar como programador en el departamento de IT -bajo la supervisión de Cristian Fabregat- compartiendo el habitáculo con mis amigos Diego Brancato, Mario Ponce y Diego Satelier; también se me ofreció en dos ocasiones la Coordinación de la Carrera de Diseño y Programación Web. Donde traté de atender las necesidades de los alumnos en curso, planificación de talleres extra-curriculares y manejando el plantel docente en la carrera tanto en el armado de los horarios de cursada de cada semestre, como en el seguimiento de los reemplazos antes eventuales ausencias
Mi máximo logro en esos años fue formar no sólo a las actuales generaciones de FullStack Developers (o el nombre cheto que le quieran decir, al leer este testamento), sino a una casta de actuales Docentes de alto nivel, que capitalizaron los conocimientos y pasión transmitidos -más allá de cualquier apreciación subjetiva que pudieran tener-, siguiendo este loop infinito de transimisión oral de las habilidades técnicas, como son (también en orden alfabético, para evitar lecturas desacertadas) Lucas Fernández, Mabel García, Tobías Irigoyen, Jonatan Jorge, Valeria Meijide, Francisco Piaggio, Antonio Rubio, Omar Toyos y quienes ya no están más frente a las aulas, pero fue un honor tenerlos en mis filas, como Lucas Del Águila, Ignacio Milano y Diego Satelier.
Otras cosas que hice
Como todo ser humano, también he pasado por varios trabajos que no fueron más que micro-momentos de efímera extensión en mi línea de tiempo ya vivida
En mi temprana edad, trabajé en BGH S.A como pasante, nada menos que en el sector de Recursos Humanos, haciendo trámites de cadete y armando las cesantías del personal que por uno u otro motivo abandonaba la empresa. Dato de color: me tocó notificarle a mi vieja cuando la rajaron.
También trabajé en Office Net (luego adquirida por Staples), primero como repartidor de los pedidos y en la última etapa, como encargado de las devoluciones en el depósito ubicado en pleno Barracas.
En la época que el país se fue al cuerno (los últimos meses del Delarruismo), viví la experiencia de ser un Telemarketer en la campaña saliente de telefonía de larga distancia para TechTel y luego para la campaña entrante de Visa, ofreciendo los PostNet. Trabajo que nunca me pude tomar en serio y casi nunca podía respetar el speech de ventas, dando por resultado que cada llamada era un micro-programa de radio de 2 minutos.
Un tiempo después, reincidí en esa práctica insalubre de la venta telefónica, para Sprayette, ofreciéndole a los Españoles los productos de oferta (mi favorito, en pronunciación, era la Vaporeta... que no podía tratar de venderla sin emular el tono ezpañolizáo y chantún de Tony Kamo). En esa campaña estuve solo un mes y medio, porque me pregunté a mí mismo "qué carajos hago acá"... y me fui a la mierda.